martes, mayo 22, 2007

El loco de la colina

Pequeña bolita rodando por uno de esos juegos circulares laberínticos con aberturas, concéntricos, laberínticos, tremendos, te pierden, subes subes subes, bajas bajas bajas pero tu corazón no deja de latir acelerado y doliente, quejándose de tu capricho, tus rodillas barruntan humedad y lluvia, tu frente y axilas producen la suya propia, humedad, no lluvia, y tú te preguntas si realmente sería tan ridículo llevar un paraguas…

Cosas que pasan.