miércoles, enero 16, 2008

Browning Dribling

Qué fuerte, tron.

Resulta que, en estando in media res pre-marroning, y en teniendo cosas personales más interesantes que realizar vitalmente hablando, anoche tuve la nada despreciable idea de enfermar hoy, o enfermar a alguien a quien cuidar para excusarme de la jornada de hoy.

Pero pensé en Mr. J, mi fiel y sufrido compañero de andanzas, afrontando él solo, triste y desvalido, el peligro y, sobre todo, el tedio del día laboral, y en aras de eso y de que no me despidan, pues oye, he hecho como cualquier otro día, he cogido mi petate y me he subido en mi vagón, con tacones pero sin falda, dispuesta más que nunca a triunfar como la pepsi y compartir nuevas y emocionantes aventuras en mi día laboral. He llegado media hora tarde, ha pasado media hora más y... ¿a que no sabéis quién no da señales de vida, existencia ni agonía? Efectivamente. Mr. J debe andar en alguna fase onírica bastante más productiva que cualquier oficina bancaria plagada de mercenarios tecnológicos.

En definitiva: que él sí que sabe.

miércoles, septiembre 26, 2007

Trencadís De Full

La jornada intensiva deja paso a una jornada absurda. Doce horas más hora y media de transporte hacen trece y medio. No da mala suerte pero casi.

Las cuentas no salen, el tiempo no sale, el cómputo no cuadra y recibo mails preguntándome por las horas perdidas. Reviso todo, ya cuadran las horas, nadie sabe qué hago y yo nunca sé qué hace nadie, pero todo encaja.

Somos una gran familia.

Una gran máquina que, sorprendentemente, ¿funciona?

Un no jefe mío vende a otro lo que yo he hecho, delante de mí, hablando siempre en un plural mayestático que he de suponer que me incluye, y yo asiento y afirmo con indiferencia, con deferencia, con ¿profesionalidad? Parecen satisfechos y las horas de mi tiempo que tiran a la basura por incoherencia organizativa, si tal palabra existe, son remuneradas como las que sirven de algo.

Todos contentos.

Quiero salir de este manicomio.

domingo, septiembre 23, 2007

The Chinese Man

El hombre chino es menudo y oriental, diríase que turco. Pero se llama Yan Tsé Kián, todos hemos intuido hace semanas que no es marroquí ni filipino, que es chino con todas las letras.

Aún así le llamamos Jara-Kiri a menudo, para que no se sienta integrado, para que se sienta chinpo, para que sepa que no hacemos distinciones entre la gente de ojos rasgados.

El hombre chino de rasgos africanos se peina la corta cabellera a modo de cresta, con mechas rubias, totalmente sofis, totalmente metrosesuales. Le queda de muerte, ni que decir tiene.

Habla rápido y es de gestos breves y prácticos. Es entusiasta e innato líder. Dice y cree, motiva, dirige, planifica y resuelve, aún sin tener ni puta idea de lo que habla.

Sencillamente me deslumbra, este especimen de la fauna madrileña.

lunes, mayo 28, 2007

Altruismo 0

La gente ya no comparte. Mi único vecino generoso debe tener la estúpida idea de que su ruter consume más que una lavadora a plena carga y con detergente de marca. Así que nunca lo mantiene encendido más de 5 minutos. Lo suficiente para que yo ya me haya enzarzado en 6 conversaciones de mesenyer que veo abruptamente interrumpidas por su régimen de economato. Lo que ayer me pareció una casualidad inocente, se está convirtiendo en un patrón de conducta, por la ley de inducción. Diría que me desconecta en lo mejor, pero es que ni siquiera me permite tal jolgorio. De hecho, creo que es una situación tremendamente cruel, y empiezo a pensar que más que un novato ahorrador es un consumado sádico.

Últimamente no me ocurren más que desgracias. El otro día manché una camiseta blanca, lo cual me hizo tomar medidas domésticas inmediatas a altas horas de la madrugada, con fatídicos resultados: lo que empezó siendo una repugnante mancha rosada se ha convertido en una serie de ridículas manchas azules (ya, “¿azules?”, por eso digo que son ridículas). Tras el último intento, me temo que el único resultado es que ya tengo otra camiseta para hacer deporte. Y hoy he desayunado un colacao cosecha del 99. Y he dormido mal. Y ese piso, sin amueblar, no me vale. Tras el pateo cuestabajo y cuestarriba.

martes, mayo 22, 2007

El loco de la colina

Pequeña bolita rodando por uno de esos juegos circulares laberínticos con aberturas, concéntricos, laberínticos, tremendos, te pierden, subes subes subes, bajas bajas bajas pero tu corazón no deja de latir acelerado y doliente, quejándose de tu capricho, tus rodillas barruntan humedad y lluvia, tu frente y axilas producen la suya propia, humedad, no lluvia, y tú te preguntas si realmente sería tan ridículo llevar un paraguas…

Cosas que pasan.

sábado, abril 28, 2007

Searching vs FFXII

Yo lo intento. Me hago el ánimo, a ratos (infrecuentes) voy retocando mi CV, pero el Final Fantasy XII ha tardado taaaanto en bajarse (entre fakes y Equisdoses), que tenía que probarlo. Y sí, ya tengo afoto en el currículo, pero la introducción del juego es taaaan chula, tan increíblemente barrocos los diseños… que el Word y el Adobe juntos no pueden competir con espectáculo visual tal.

Abro mi correo, leo las ofertas, la introducción deja paso al tutorial de manejo del personaje.

Y sí, me pierdo.

domingo, abril 01, 2007

Je Ne Sais Quoi

Oh, sí, qué dulce placer, qué dulce vida, maravilloso no hacer nada, increíble no necesidad de remordimiento alguno, ni remoto, ni obligado, ni olvidado, ni existente. Néctar anaranjado de naranjas proporciones felices y magentas y toda la vida por delante.

Qué resaca de término, fin, cumplimiento, y mejor aún, qué ausencia de resaca, y todavía más bienvenida permanencia de ebriedad. Qué yenesecuá, qué tranquilidad, qué sensación placentera y desconocida de consecución, de misión acomplised, de todo lo que debía ser y aún no era.

¿Dónde están los libros ahora? ¿Dónde esas retorcidas fórmulas ininteligibles que hacían banqueta, o barrera, o trinchera, contra los aprobados, los pasos adelante, los upadans, toda la tramoya? ¿Dónde, dónde?

Oh, sí, ya no están.